Los abuelos iluminan la niñez con sus abrazos para el alma. Hay una niñez dorada poblada de abuelos que hacen que la infancia sea más feliz.
Todos tenemos historias de abuelos, de tíos abuelos que pueblan las páginas de nuestras vidas, abuelos que nos protegían, que eran capaces de darlo todo por nosotros.
Los abuelos me conmueven, pienso en ellos, en su vulnerabilidad, en la fragilidad que habita en muchos de ellos y me emociono, me emociono profundamente.
Los abuelos son parte de los cuentos, muchos de ellos nos hicieron conocer "el había una vez".Mis abuelos me regalaron infinitas historias: mi abuela María me regaló cuentos de aparecidos, fantasmas, historias que se contaban en el campo; mi abuela Lulú me tejió cuentos; mi abuelo construyó una casa colmada de historias, fue así como me enamoré también de las palabras.
Y en ese afán de encontrar cuentos y más cuentos, libros que hagan aprender y soñar, no hace mucho descubrí dos libros entrañables que narran historias de abuelos, ellos son: Azulín, azulado de Raquel Diaz Reguera editado por Thule y Nana vieja de Margaret Wild, editado por Ekaré.
En Nana Vieja, nos encontramos con el tema de la despedida de una abuela antes de morir. El adiós a la vida, el hecho de mirar cada objeto, cada paisaje con ojos nuevos antes de partir.
La muerte se presenta de una forma dulce, sin dramatismo y se encuentra protagonizada por animales humanizados. Observamos cómo la vida se ve como un ciclo ( una y otra vez, cuando releo este libro, me digo:¡cuánto para aprender!)
En cuanto a Azulín azulado, la soledad, la solidaridad y el compañerismo se hacen presentes. Este libro es también una historia de encuentros, de manos que se tienden generosamente. Es la historia de la abuela Soledad que a medida que pasa el tiempo se queda sola porque los niños que jugaban en su jardín crecieron. Sin embargo, en sucesivos días golpearán a su puerta tres seres que la necesitarán, estos son: Compañía, Simpatía y Alegría (nombres que la anciana les otorga, nombres que hablan de la humanidad).
Les regalo, les presento o les recuerdo cómo los abuelos habitan en los cuentos, cómo son partes de nosotros.
Por favor, si los abuelos aún iluminan sus vidas, vayan y abrácenlos muy fuerte.